domingo, 17 de enero de 2010

Gioconda Belli

Nicaragüense, mujer en toda su extensión... llego a mi en un momento interesante, y continuo apareciendo en mi vida durante meses en los que me saturaba una corriente de cosas y situaciones que no terminaba de comprender... ella me guio, veinte años después, por un camino que para mi, tiene mucho que ver con ella... las señales siguen llegando aparentemente sin querer, su poesía rebelde y femenina, caliente y húmeda como la combinación exacta de nuestras tierras caribeñas siempre cambiantes y explosivas llena mi propia poesía de una realidad que quizás, solo podremos entender otras mujeres tan rebeldes, exuberantes y explosivas como esta inmensa América que nos vio crecer. http://www.giocondabelli.com/

ESTOY VIVA COMO FRUTA MADURA

Estoy viva como fruta madura
dueña ya de inviernos y veranos,
abuela de los pájaros,
tejedora del viento navegante.

No se ha educado aún mi corazón
y, niña, tiemblo en los atardeceres,
me deslumbran el verde, las marimbas
y el ruido de la lluvia
hermanándose con mi húmedo vientre,
cuando todo es más suave y luminoso.

Crezco y no aprendo a crecer,
no me desilusiono,
ni me vuelvo mujer envuelta en velos,
descreída de todo, lamentando su suerte.
No. Con cada día, se me nacen los ojos del asombro,
de la tierra parida,
el canto de los pueblos,
los brazos del obrero construyendo,
la mujer vendedora con su ramo de hijos,
los chavalos alegres marchando hacia el colegio.

Si.Es verdad que a ratos estoy triste y salgo a los caminos,
suelta como mi pelo,
y lloro por las cosas más dulces y más tiernas
y atesoro recuerdos brotando entre mis huesos
y soy una infinita espiral que se retuerce
entre lunas y soles, avanzando en los días,
desenrollando el tiempo
con miedo o desparpajo,
desenvainando estrellas
para subir más alto, más arriba,
dándole caza al aire,
gozándome en el ser que me sustenta,
en la eterna marea de flujos y reflujos
que mueve el universo
y que impulsa los giros redondos de la tierra.
Soy la mujer que piensa.
Algún día mis ojos
encenderán luciérnagas.

Y DIOS ME HIZO MUJER

Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos, nariz y boca de mujer.
Con curvas y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.

Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas, los sueños, el instinto.

Todo lo creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.

Las Insensatas

Juana Armanda Alegría

Ellas son las insensatas, las que ignoran la adecuacion y la correctitud...

Ellas son las señoras estrellas, las señoras quereñas, las señoras señoras, las señoras doncellas.

Ellas son las señoras fantasia...
Ellas, las dueñas de las noches y los dias.

Al nacer brotaron de la nada,
llegaron porque si cuando nadie, nadie las esperaba.
De niñas aprendieron palabras sin amor,
soledad y letras habladas al vacio;
como viejas campanas tañendo sonidos enmohecidos.

Las insensatas son seres anonimos, ajenas a los apelativos;
al nombrarlas, si acaso, como Lucia, Ofelia, Elena o Maria;
mencionadas asi, al margen de su intima sustancia,
en razon directa de sus cuerpos, e inversamente al cuadrado
de sus distancias

Las insensatas son diosas paganas,
que comprenden lo nunca comprendido,
y redimen lo nunca redimido.

Ellas subliminaron el amor y el dolor.
Dispersas por el mundo inventan universos de colores.
Las insensatas son aves peregrinas.
Nacieron en abril, iluminadas... por millones de soles.